Empezó el invierno y las temperaturas bajo cero serán una constante hasta principios de octubre. Con el frío, llegan también algunas situaciones complicadas para los que se manejan en su vehículo. Especialmente si no quedan bajo techo en un garaje cerrado. Vidrios y lunetas congelados, problemas de arranque, cristales que se empañan, sistema de frenos que no funciona…

Por supuesto, que el mayor problema es el tiempo: casi todos los problemas que se se deben solucionar demandan un tiempo extra; muchas veces difícil de conseguir cuando el frío aprieta. Pero con organización, se consiguen esos cinco minutos extras.

Algunos tips para enfrentar esas incómodas madrugadas.

El arranque: el frío produce un desgaste mayor de la batería; una sorpresa evitable haciendo un chequeo en el sistema eléctrico y verificando el estado de este elemento vital. Especialmente en los autos de mayor antigüedad.

El parabrisas congelado: un clásico de estos tiempos. El rocío se congela sobre los cristales y la visibilidad es mínima. Hay varias soluciones, pero la que se debe evitar siempre es la de usar agua caliente. El choque térmico puede terminar partiendo el vidrio. Se puede usar una solución de agua y alcohol; o pasar una bolsita llena de agua templada sobre el parabrisas.

El motor frío: poner en marcha la calefacción inmediatamente después de encenderlo no es una solución. Conviene encender el auto unos minutos antes, dejarlo regularlo y dejar la puerta abierta para que no se acumule humedad que empañe los cristales desde adentro.

El hielo en las esquinas: en Roca se suele juntar agua en diferentes esquinas. Si a la distancia lográs ver el asfalto mojado, bajá la velocidad. Seguramente se habrá formado una capa de hielo, que modifica la adherencia de los neumáticos. Vas a necesitar más espacio para frenar.

Atención al tránsito: siempre hay que tener cuidado al manejar, pero en estas circunstancias debemos aumentar la atención. Estar alertas a lo que pueden realizar otros conductores, y a los problemas que genera una esquina congelada, puede evitar un choque. O algo peor.

Cuidado con los peatones: especialmente en las calles próximas a escuelas u hospitales. Entre el frío y el apuro, muchos pueden cruzar sin mirar. Además, las camperas con capuchas no ayudan a tener mayor visibilidad. Algo similar ocurre con los ciclistas.