Cuando los síntomas como fiebre, malestar estomacal, irritación de garganta, escalofríos, tos, estornudos y dolor de cabeza nos afectan, es difícil saber exactamente qué está causando nuestro malestar. Con la temporada de gripe acercándose, es crucial entender qué síntomas corresponden a cada enfermedad y cómo actuar en consecuencia.

Resfriado común

El resfriado común se caracteriza por congestión nasal, tos, dolor de cabeza e irritación de garganta. Es una infección viral en la nariz y la garganta que generalmente no es grave y puede mejorar sin tratamiento en aproximadamente una semana. Los antibióticos no son efectivos contra los virus que causan el resfriado, por lo que descansar y beber líquidos en abundancia son las mejores prácticas.

Gripe (Influenza)

La gripe es una infección viral más severa que afecta el sistema respiratorio, incluyendo nariz, garganta y pulmones. Aunque inicialmente puede parecerse al resfriado común con síntomas como congestión nasal y estornudos, la gripe se presenta de manera repentina y suele causar un malestar mucho mayor. En casos severos, la gripe y sus complicaciones pueden ser peligrosas, especialmente para grupos de riesgo como niños pequeños, adultos mayores y personas con condiciones médicas crónicas. El reposo y la hidratación son las principales recomendaciones para tratar la gripe, aunque en casos graves puede ser necesario consultar a un médico para recibir tratamiento adicional.

Una diferencia clave con el resfriado común es que existe una vacuna contra la gripe que reduce significativamente el riesgo de contraer la enfermedad y sus complicaciones. Es gratuita y se recomienda especialmente para personas en riesgo como personal de salud, embarazadas, y personas con condiciones médicas preexistentes.

Gripe estomacal (Gastroenteritis viral)

A menudo mal llamada «gripe», la gastroenteritis viral se caracteriza por síntomas como diarrea, náuseas, calambres y dolor abdominal. A diferencia de la gripe respiratoria, la gripe estomacal afecta principalmente al tracto gastrointestinal y los síntomas suelen durar solo uno o dos días, aunque ocasionalmente pueden persistir más tiempo.

No existe un tratamiento específico para la gastroenteritis viral, pero el descanso y la hidratación son fundamentales para aliviar los síntomas. Es recomendable evitar alimentos sólidos durante las primeras horas de malestar y optar por una dieta blanda posteriormente. Se deben evitar productos lácteos, cafeína y comidas grasas hasta que los síntomas mejoren completamente.